Los 75 cumpleaños de Ricardo
Homenajes a nuestro querido amigo Ricardo
Me da mucha tristeza decirles que la salud de Ricardo repentinamente ha deteriorado y él está en las últimas horas de su vida.
Ricardo y su pareja Ewa pasaron las últimas semanas en Buenos Aires y volvieron a su casa en Santa Fe, Nuevo México, el martes pasado.
Este cambio rápido es un gran choque. Hace 7 días, cuando la última vez hablé con él, estuvo con sus amigos en un restaurante en Buenos Aires. La anterior vez que habíamos hablado, estaba en el Teato Colón comprando entradas. Ricardo era vencedor luchando contra su enfermedad (desde hace años cáncer de pulmón y últimamente de huesos) durante tanto tiempo que es difícil comprender que ya no pueda más.
Ricardo está ahora donde quería estar para terminar su vida y esta cuidado por la mujer que ama. Ewa tiene apoyo, que tanto necesita, de parte de las enfermeras y de los miembros de su familia.
Él es muy afortunado de tener una mujer tan maravillosa a su lado.
Jill Barrett, Tango en el Cielo
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Ricardo, nos hemos encontrado tres veces hasta ahora. La primera vez fue en Inglaterra cuando viniste con Jill a Southampton para enseñar. Elogiabas mucho mi baile, cosa que mi confianza necesitaba tanto en los principios de mi carrera de tango. También me acuerdo cuando agarraste una silla y te sentaste en el medio de la sala, cuando el grupo no dejaba de hablar durante la clase, y vos solamente esperabas hasta que pararan. Eso fue muy gracioso y también muy poderoso.
Cariñosamente, Peter
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Siento mucho recibir estas nocticias. En tu estudio tuve el placer de estudiar tango con Ricardo y disfrutar de su compañía. Sabiendo cuando valorabas su amistad, eso debe ser muy difícil, pero acordáte, él deja recuerdos especiales y una herencia de tango, cada vez estás enseñando y preparando eventos.
Pam Mannings
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La última vez vi a Ricardo en noviembre, cuando Jill, Ian y yo almorzamos con él en Los Platitos. Él parecía en este momento – como siempre – tan idestructiblemente optimista, en buena salud y tan útil, que apenas puedo creer lo que Jill me ha dicho. Él era tan feliz de mudarse a Santa Fe, con tantas historias del pasado y de los futuros tango viajes a Europa, y otros lugares. Me doy cuenta que he sido muy afortunado de haber tenido contacto con una persona mayor tan poderosamente feliz, en un mundo totalmente obsesionado con juventud. Ricardo es un gran ejemplo, una muestra de que la vida sigue después de la edad de 30 años y más, que podés tener una vida feliz y satisfactoria a cada edad, que nunca es demasiado tarde para bailar, para hacer nuevos amigos, enamorarte, atravesar mitad del globo para mudarte con la persona que amás.
Si podés decirle a Ricardo una cosa, decíle, por favor, que le felicito por su enorme logro de tener la joie de vivre de un adolescente en sus setentas.
Dennis
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Es llamativo lo fuerte que Ricardo ha impresionado la gente. Algunas personas, que por más que lo encontraron una sola vez o dos, se sintieron emocionadas y con ganas de escribir a él y sobre él. Eso fue por quien era él, no por su tango.
Intentemos acordanos de las cosas más importantes que nos enseñó sobre el tango. Hay tantas que es difícil pensar por donde empezar. Cuál de sus dichos te ha impresionado más? Los primeros que se vienen a mi mente son:
Sé tu mismo … Desarrollá lo que tenés (desarrollá un estilo de baile basado en tus propias, naturales maneras de moverte, en tus propios sentimientos por la música) … No intentes ser un clon de otra persona … Bailá siguiendo tu corazón, no de memoria … Caminá con la música cada día (incluso en tu casa, sólo) … Reíte cuando vaya mal.
Jill Barret, Tango en el Cielo
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Encontré a Ricardo varias veces y fue una inspiración para mí. Gran hombres como él aparecen en la vida de uno raramente, y te estoy agradecido por darme la oportunidad de que él haya tocado mi vida.
Kassim
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Era un placer mirar su manera natural de bailar, y una inspiración para todos nosotros. Su influencia sigue viva por más que él ya no esté.
Kele
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Conocí a Ricardo en el verano de 2004 y tuve solamente dos clases individuales con él. En este corto tiempo me ayudó encontrar el tango que tenía dentro y que siempre quería bailar. El consejo de Ricardo es como una receta para asegurarse uno que el tango es más un gozo que un trabajo duro. Sentí que el mayor objetivo de Ricardo en enseñar era hacer ver a la gente que bailar ES gozar y NO DEBERÍA ser un trabajo arduo, y ayudarles disfrutar tanto como lo disfrutaba él. Creo que seguiré inspirado por él hasta el fin de mi vida.
Charles
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Fue uno de los momentos más memorables cuando Ricardo vino a Southampton, discutir sobre la música, orquestras, diferentes bailarines y obviamente sobre el tango en sí. Hay poca gente que podría decir a Carlos Gavito: “bailá como se debe”, cuando tiraba basura practicando juntos. Aunque quedó un espacio vacío en la pista, se va a llenar de los afectuosos recuerdos y consejos que él daba generosamente.
Alan Jones
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Con cariño recordamos sus visitas y su mágica manera de eseñar. Gracias, Ricardo, por tu cálida y generosa naturaleza.
Tracie Gooch
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Lo encontré a Ricardo apenas un par de veces, sin embargo dejó en mí una impresión de no solamente un bailarín maravilloso, sino también un cautivador, encantador hombre, un verdadero caballero.
Tina More
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Conocí a Ricardo en Londres en una de sus varias clases y lo recuerdo como mi único maestro de verdad. Él vivía tango y nos eseñaba a sentir la música y la pareja con todo el corazón. De esta manera el baile sucede naturalmente, como caminar en el parque.
Lia
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Fui afortunada de bailar con Ricardo algunas veces. Tuve la impresión de que cuando bailaba, su respiración era como un instrumento adicional en la música de tango. Gracias, Ricardo.
Adriana D. Pegorer
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Ricardo compartía su amor al tango conmigo como ningún otro profesor; abrió mis ojos al tango como la danza de emoción y me mostró que un gran baile depende tanto de la pasión como de la técnica. Por eso siempre le voy a estar agradecido.
Charles Long
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El afectaba cada persona en la clase, sin importar si eran principiantes o expertos. Todos bailaban mejor después de sus clases. Recuerdo verlo bailar con una mujer que nunca antes había tomado una clase de tango.
Mi tributo sería: “Él entró tanto a la cabeza de cada uno, como a sus pies, y simplemente amaba conocer a la gente”.
Este tributo es de Susan: “Era un privilegio estar en la compañía de Ricardo. Su verdadera presencia tenía una energía asombrosa, poderosa e inspiradora. Parecía como si conociera el secreto de la verdadera esencia de la vida”.
Nigel and Susan Little
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Me acuerdo de Ricardo con mucho cariño y respeto. Siempre me saludaba como a un amigo y una vez me invitó a su mesa; era un honor para mí. Amo su pisada y su estilo: Simple y Honesto. Lo voy a extreñar, ya no hacen bailarines como él.
Martin Russel Walters
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Estaba bailando con Ricardo pisando sus pies sin parar y pidiendo disculpas a cada rato. Me dijo: “Por favor, no me pidas disculpas, esta noche tengo zapatos demasiado grandes”.
Desconozco el nombre de la persona …
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En Dome en 2005, tomé una sola clase con Ricardo, lo que me aseguró que el tango que quería bailar no era una exhibición acrobática. Aquella noche aprendí, todo el estilo de este baile. Su calidez y energía llenaron Dome. Es difícil de creer que era un enfermo terminal en aquel tiempo.
Tangocommuter