Capítulo 15. Elogio

 

La muerte no extingue la luz,

apaga la lámpara porque

ha llegado el almanecer.

                                                                     Rabindranath Tagore

 

Ricardo tuvo muchas vidas. Yo quisiera expresar mi gratitiud al hombre que conocí:

Llegaste repentinamente como un viento, girando y sonríendo,

Por lo cual te agradezco.

Empezaste a enseñar tu tango a través del abrazo,

Por lo cual te agradezco.

Me diste el corazón y el regalo de dar,

Por lo cual te agradezco.

Me enseñaste a compartir momentos de la vida diaria,

Por lo cual te agradezco.

Me abrumaste con tu amabilidad,

Por lo cual te agradezco.

 

Me mostraste apreciación por lo perdido y que no se va a encontrar,

Pero lo esencial que es la familia y los amigos.

Tú eras generoso en tu corazón y en tus enseñanzas,

Tú estabas lleno de alegría y gratitud por el hecho de vivir,

Tú eras graciosísimo, hasta te gustaba lo que te disgustaba.

Tú tenías sabiduría y principios por los cuales vivir.

Tú mostrabas la fortaleza y la perseverancia.

Tú respetabas y valorabas a la mujer, cualquiera fuera su profesión.

Tú eras un verdadero caballero.

Tú tocaste a muchos y ellos te reciprocaron,

Pero más que nada bailaste un sentimiento y lo enseñaste también.

 

Viéndote bailar uno siente y ve una aura de luz rodeándote.

Tus pies parecen no tocar el piso.

Tú siempre bailaste para tu compañera.

“El Tango, Percal y Luna” – Tu eres la esencia de ese título.

Tu fuiste un gran bailarín y maestro.

Puede que te hayas ido, pero tu espíritu estará siempre presente.

Y ahora, Ricardo, revelá la verdad:

Los ángeles te dejan descansar entre tandas?

No tuve otra alternativa más que quererte.

Te amo siempre, Ewa

Ewa and Ricardo

  • * * * * *

Solange me escribió: “Entre mis cosas de ataño me encontré ésta poesía, que quise compartir contigo y que me gustaría el día que realices el servicio en su memoria puedas dedicársela en mi nombre:

Donde líneas lejanas se confunden en el punto

llamado horizonte,

donde se ahueca la nube partida por él

aleteo suave del ave migratoria,

donde la luna estampa brillo

y la luz emana del pinar tranquilo,

donde el viento juega con el trigal dorado

y la música de pura naturaleza se percibe,

allí Amor, Amor del supremo a la críatura,

Amor del supremo al hombre,

Amor, imagen del todo en el todo,

Amor en lo grande y en lo pequeño,

Amor es distancia y la cercanía,

Amor es vida y muerte,

Amor es compartir algo, vivir, dar,

Amor es calor de la llama,

Amor es una lágrima,

Amor es lucha, esfuerzo, sacrificio,

Amor es calor,

Amor es ver y comprender,

Amor es callar,

Amor es canto, Amor es música,

Amor es poco o mucho de lo que hagas por alguien,

cuando simplemente lo hacés por Amor,

Amor es dar, dar y dar,

Amor es sembrar y sembrar.

Hoy, al buen sembrador, al que abrió día a día

sus manos para dar y su corazón para amar,

tuve que despedir, por eso, la única palabra que se puede estampar en el adiós es

GRACIAS … mil veces gracias, papá, por tu permanente dar y por tu siempre amar.”

* * * * *

Los siguientes elogios a Ricardo son de sus compañeras de baile y amigos.

Vilma Martínez

Querido Ricardo, si bien es verdad que no estás entre nosotros, que tu cuerpo no está entre nosotros, quiero decirte, porque yo sé que tu me escucharás, que tengo el mejor recuerdo de ti, y no solo como bailarín, mi mejor recuerdo de ti es como persona, tu condición de hombre de bien, generoso, sencillo, siempre dando y luchando sin que saliera de tu boca ninguna queja, me confirmaron siempre que eras un grande porque la humildad y la sencillez solo la pueden ejercer los que son grandes de corazón. Sé que estás en paz y eso me consuela de tu ausencia, por siempre estarás en mis recuerdos y en el de todos los que te conocieron, hasta siempre te dice quien tuvo el privilegio de bailar el último tango en exhibición contigo. Siempre te amaremos.

* * * * *

Myriam Pincen

Cuando lo vi bailar por primera vez, me di cuenta que no había visto a nadie que bailaba como él lo hacía, ni habrá alguien que baile como él. Él era único.  Yo siento que él era el tango mismo, el típico milonguero de Buenos Aires, y que lo amaba mucho y trató de difundirlo en el mundo y lo logró con su estilo tan personal. Yo me siento privilegiada de haber trabajado con él, y nunca lo olvidaré.

* * * * *

ricardo and oscar

Oscar Casas

Yo recuerdo particularmente en la milonga La Nacional, Pupy Castello, un milonguero muy conocido, iba a dar una exhibición con Susana Gonzales. Ahora es una realidad que Pupy y Ricardo no se llevaban bien a través de 40 años. Ricardo decía: “Esto es ridículo, Pupy no puede bailar esta noche (estaba enfermo) – En realidad nunca bailaba muy bien!” Cuando Pupy terminó de bailar, Ricardo fue el primero en levantarse aclamándolo y aplaudiendo! Te puedes imaginar lo atónito que yo estaba, y le dije a Ricardo: “Qué estás haciendo? Qué clase de hipocrisía es ésta?” Ricardo se dio vuelta, me miró con esa característica hermosa sonrisa y me contestó: “No importa que a mí no me guste él, él es parte de la milonga y lo hace uno de nosotros. Mi aplauso es sincero”.

* * * * *

Graciela y María

Amigo, seguramente debés estar de gira enseñando tango en algún lugar estelar. Extrañamos tu presencia, pero estás en nuestros corazones y nos dejaste antes de irte una hermosa persona que es Ewa, para que nunca te olvidemos. Jamás te irás de nuestro lado porque estás en nuestros corazones, en nuestros pies, en nuestras ganas incorporado como alguien que llegó para quedarse. Ricardo Vidort, un señor que vivió como quiso y se construyó viviendo, sintiendo y bailando el tango. Atravesado por esa música maravillosa, la nuestra.

Su estampa, su postura, el tango en los pies, en la mirada, en todo su cuerpo, en la actitud exacta para llevar a una mujer a volar y a soñar temporalmente. Verlo bailar era disfrutar mientras intentaba aprender el cruce justo entre el sentimiento y la técnica, todo naturalmente. Irresistiblemente histórico y siempre novedoso, que mientras te transmitía su enorme energía te invitaba a sentir bailando y a crear tu propio estilo sin siquiera darte cuenta, un gran maestro, el mejor, antes, ahora y después. “Tango, Percal y Luna, querido amigo”.

* * * * *  

Patricio y Adriana

Ricardo, tiempo y espacio de una amistad tierna, grande y generosa. Un maestro del tango y del ser amigo. Milonguero con los que daba gusto bailar y ver bailar. Quién ocupará las horas que pasábamos escuchando los relatos de tus aventuras? Tu presencia e impronta moran en nusestras vidas como testimonio de tu amistad que el tiempo no ha de borrar. Siempre estarás con nosotros.

* * * * *

“El poema que nunca leerás …”

Esperanza

Llegaste trayendo la esperanza

donde habitaba silente el fracaso,

diluyendo la penumbra del ocaso

con ternura me diste templanza.

Paciente derrumbaste muros

que parapetaban los miedos,

refugio impenetrable de credos

que residían en un confín, …oscuros.

Eres luz en nocturna,

Lucero de la noche mi guía

queríendome me curas ésta agonía,

que me convertió en taciturna.

Sembraste de amor mí alma

regándome día a día dulcemente

prendió en mi cuerpo tu simiente,

devolviéndome la fe y la calma.

Tu amor me ha enamorado,

envolviéndome con tus brazos,

embriagada y anulada con lazos,

en mi costado te has incrustado.

Amor que nos tiene embalasados,

henchido el corazón, la piel ardiendo,

labios estrellados besos van bebiendo,

surgiendo excitados deseos apasionados.

             Dulcedaniela 2006

 

Published on 21/09/2017 at 12:31 am  Comments Off on Capítulo 15. Elogio  
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